¡ESTA GENERACIÓN INGRATA Y PECADORA DE ESTOS
ÚLTIMOS TIEMPOS, VOLVERÁ A CRUCIFICARME!
LLAMADO ANGUSTIOSO DE
JESÚS DE NAZARETH A SU REBAÑO
Pueblo
mío, rebaño mío, paz a vosotros.
Se
acercan los días en que la casa de mi Padre será profanada por mi adversario y
sus agentes terrenales. La hora de la abominación está cerca; mi nombre será
vituperado y mancillado por los hijos de la oscuridad; y muchos que hoy juran
guardarme lealtad y mañana me traicionarán y abandonarán. Se cumplirán una vez
más mis palabras: heriré al pastor y las ovejas se dispersarán. Esta generación
ingrata y pecadora de estos últimos tiempos, volverá a crucificarme.
Las
muertes de mis inocentes en los vientres de las madres desalmadas, son espinas
que penetran mi cabeza; los pecados de impureza de esta humanidad, flagelan mi
cuerpo; la maldad, la apostasía, el resentimiento, la envidia, el egoísmo y
demás pecados de la carne, son clavos que taladran mis manos y mis pies. La
traición que sufriré desde el interior de mi Iglesia será la lanza que
atravesará mi costado.
Manantiales
de lágrimas brotan por mis ojos, ¡qué duro es mi calvario y qué lenta es mi
agonía!. Venid, cirineos y ayudadme a cargar esta cruz, porque grande es mi
dolor al ver tanta ingratitud y tanto desamor de esta generación impía. No me
abandonéis hijas de Jerusalén; venid, enjugad mi cara con vuestras lágrimas y
os dejaré grabada en vuestra alma, la imagen de mi rostro macilento.
Acompañadme
al Getsemaní mis hijos fieles porque me embarga la soledad y la tristeza; la
hora de las tinieblas está cerca; ¡qué pesada es la cruz que me espera!, ¿quién
podrá consolarme?. La inmensa mayoría me
da la espalda y me abandona, otros me niegan y muchos de mis amados me
traicionan como Judas y se unen a los reyes de este mundo para preparar mi
sentencia, la cual será: ¡Crucificadle!.
Mi
Iglesia parece derrumbarse, pero la sangre de mis mártires la levantará; mis
justos darán la vida por ella; y esa sangre que es mi sangre la fortalecerá y
el poder de las tinieblas no podrá derrumbarla.
¡Ay
de aquellos pastores infieles que conociendo la verdad me traicionarán y
entregarán al Hijo del Hombre, representado en su Iglesia al poder de las
tinieblas!. ¡Mejor les fuera no haber nacido!. ¿Qué esperáis, pastores infieles
para darme el beso de Judas?.
Hijos
míos, se acercan los días de mi pasión, no me abandonéis; orad y velad conmigo,
porque mi hora está cerca; los que me entregan ya están en camino, por sus
frutos los conoceréis. ¡Despertad y levantaos, porque vuestro Maestro una vez
más será crucificado. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos,
porque el Reino de Dios está cerca. Vuestro Eterno Pastor, Jesús de Nazareth.
Dad
a conocer mis mensajes de salvación a toda la humanidad.
…
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