¡LA APOSTASÍA CADA DÍA AUMENTA MÁS Y MÁS, LA FE SE
ESTÁ MURIENDO EN EL CORAZÓN DE MUCHOS HOMBRES!
ENERO 20 DE 2016 4:30 P.M.
CAPILLA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. NECOCLÍ - ANTIOQUIA
LLAMADO URGENTE DE JESÚS SACRAMENTADO A LA HUMANIDAD
Mi paz sea con vosotros, hijos míos.
Mira pequeño la soledad en que me encuentro, son muy
pocos los que vienen con corazón sincero a visitarme. Me siento solo, mis hijos
me tienen abandonado; las puertas de mi casa están abiertas y son una
invitación para que entren y vengan a visitarme y consolarme. Pero no, pasan
por mi casa de largo, santiguándose a las carreras como si yo fuera un
fantasma. ¡Qué tristeza siento al ver todo esto!; la inmensa mayoría de la
humanidad me trata con displicencia.
Solo soy Dios en los momentos difíciles de sus vidas;
sólo soy Dios para solucionarles problemas. Sólo soy Dios en las enfermedades,
en los infortunios y en las necesidades. Ahí si vienen no a platicar conmigo,
sino a exigirme que les sane, que los ayude o que cambie su destino. Otros van
más lejos y vienen desesperados a pedirme dinero o cosas materiales, sin darse
cuenta que lo más importante para Mí, es la salvación de sus almas. ¡Pobres
criaturas, viven más preocupadas por las cosas de ese mundo que por su salvación
y su vida eterna!.
La apostasía cada día aumenta más y más, la fe se está
muriendo en el corazón de muchos hombres. Yo os pregunto: ¿qué será de vosotros
hijos insensatos cuando lleguen los días de tribulación y ya no podáis
encontrarme en el silencio de mis sagrarios? ¡Pobres de vosotros los que hoy me
dais la espalda y no la cara, porque no sabéis del tormento espiritual que os
espera! Hoy os negáis a visitarme y consolarme y mañana seréis vosotros los que
me llamareis a gritos, pidiéndome consuelo y será en vano, porque ya no me
encontrareis.
Muy pronto llegará la gran abominación y mis casas
serán cerradas, mi culto diario suspendido y mis tabernáculos profanados.
Entonces, todos aquellos que hoy me tratan con indiferencia se lamentarán y
muchos en su desespero maldecirán mi nombre, se apartarán de Mí y perderán la
vida eterna. Mira hijo mío, la forma como me tratan; entran a mis casas no a
adorarme, ni alabarme, sino a tomar fotos, como si mis casas fueran museos o
lugares públicos donde se puede charlar, criticar y hacer de todo menos orar.
En verdad os digo: De la forma como me tratéis, también así seréis vosotros
tratados. Toda visita que me hagáis con corazón sincero, la tendré en cuenta
cuando lleguéis a la eternidad. Todo desprecio que me hagáis, lo tendré en
cuenta cuando lleguéis a la eternidad. Toda negación que hagáis de Mí, delante
de los hombres, la tendré en cuenta en la eternidad; porque en verdad os digo:
Todo aquel que me negare delante de los hombres, Yo lo negaré delante de mi
Padre; más todo aquel que me justifique delante de los hombres, Yo lo
justificaré delante de mi Padre.
Hijos míos, vuestro paso por la eternidad se os está
acercando, siento tristeza al saber que muchos ya no regresarán más a este
mundo. Os estoy esperando humanidad ingrata y pecadora; venid a postraros ante
Mí, y suplicadme misericordia y perdón y os aseguro que os la daré. Mis brazos
están abiertos en el silencio de cada sagrario esperándoos. Mi aviso va a coger
a la inmensa mayoría de la humanidad sin estar preparada; sus almas por falta
de Dios no resistirán la prueba y muchos se van a morir eternamente.
Os hago últimos llamados: Adúlteros, fornicarios,
prostitutas, homosexuales, alcohólicos, drogadictos, ladrones, asesinos,
ocultistas, brujos, hechiceros, avaros, envidiosos y demás pecadores de este
mundo que continúan pecando y pecando y vagan sin Dios y sin ley, como sombras
errantes. Os digo, muchos de vosotros, no regresaréis; en vuestro paso por la
eternidad voy a separar las ovejas de las cabras y si vosotros hijos de la
perdición no os arrepentís os aseguro que mi sentencia será para vosotros:
¡Apartaos de Mí, no os conozco; id al fuego eterno donde os espera vuestro amo!
Acordaos de lo que dice mi Palabra: No todo el que me diga Señor, Señor,
entrará en el Reino de mi Padre. Sino aquel que haga su voluntad.
Despertad pues hijos insensatos y dejad de caminar en
el pecado, porque el día de mí Aviso está llegando; mi Aviso no es fábula, ni
cuento, ni broma, sino realidad espiritual que a muchos va a coger sin estar
preparados. ¡Alegraos hijos míos, porque se acerca el día de vuestra redención!
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de
Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
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