A finales
del siglo XIX, el 2 de julio de 1899, después de la difícil situación que debió
afrontar la Iglesia durante la Independencia y la primera época republicana, y
en vista de las nuevas perspectivas que se vislumbraban, surgió la iniciativa
de consagrar la República de Venezuela al Santísimo Sacramento.
Oración de
Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar, Corpus Christi.
Soberano
Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús que por un prodigio
inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este sacramento hasta
el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la
faz del Cielo y de la Tierra, nuestro único Rey y Dominador Santísimo a quien
consagramos todos nuestros afectos y servicios y en quien ponemos todas
nuestras esperanzas. Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante
de Ti, en tus manos ponemos nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra
Patria. Muchos te hemos ofendido, y como el hijo pródigo hemos disipado en los
desórdenes tu herencia, perdónanos que ya volvemos con espíritu contrito a Tu
Casa y a Tus Brazos. Recíbenos, Salvador nuestro, y concédenos que venga a
nosotros Tu Reino Eucarístico. Levanta bien alto tu Trono en nuestra República,
a fin de que en ella Te veas glorificado por singular manera y sea honra
nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República de Venezuela del
Santísimo Sacramento del Altar.
Te
entregamos cuanto somos y cuanto tenemos, cubre nuestra ofrenda con tú mirada
paternal y hazla aceptable y valiosa en tú divina presencia. Otra vez te
pedimos nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro amor y de
nuestra gratitud sea repetido, cada vez con mayor fervor, de generación en
generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tú Sagrado
Corazón. Que así sea para nuestra vida del tiempo y después. Por los Siglos de
los Siglos.
Amén.
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