¡HERMANOS, RETOMAD LA SENDA DE LA SALVACIÓN Y NO
MALGASTÉIS MÁS VUESTRO TIEMPO EN LAS VANIDADES DE ESTE MUNDO!
Diciembre 22 de 2015 – 8:35 a.m.
LLAMADO DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA A LOS HIJOS DE
DIOS
Se acerca otra navidad y sólo los hombres de buena
voluntad saben lo que esto representa; el nacimiento espiritual de Dios en sus
corazones. La inmensa mayoría de la humanidad dedica estos días a la fiesta, el
derroche y el pecado, sin darse cuenta que la navidad es tiempo de servicio,
amor, perdón y entrega a los más necesitados. ¡Cuánto dinero se malgasta en
este tiempo en cosas innecesarias, cuando la inmensa mayoría se debate en la
pobreza y un gran número de seres humanos no tiene ni lo necesario para subsistir!.
¡Millones de niños todos los días en los países pobres mueren de desnutrición,
ante la indiferencia de tantos!. ¡Violencia, desigualdad e indiferencia, que
claman justicia al cielo de parte de los más necesitados!.
Hermanos, retomad la senda de la salvación y no
malgastéis más vuestro tiempo en las vanidades de este mundo. Se os está
acercando el día de la Gran Misericordia y la inmensa mayoría de esta
humanidad, aún sigue caminando en la maldad y el pecado.
El cielo está muy triste con esta humanidad de estos
últimos tiempos. Nuestra Señora, los Seres Angélicos y nosotras las Almas
Bienaventuradas, permanecemos en completa alabanza y Adoración al Padre
Celestial; nuestra oración, alabanza, adoración y súplica, son un clamor
general en el cielo; pedimos al Padre por la conversión y salvación de esta
humanidad.
Hermanos, no dudéis en llamarme, cuando os sintáis
atacados por el maligno, decid así: Padre Celestial, por la intercesión de tu
Siervo San Pío de Pietrelcina, te rogamos nos libres de toda asechanza del
maligno. ¡San Pío de Pietrelcina, venid en nuestro auxilio y por la gracia de
Dios, líbranos del mal y del maligno!. Amén.
Quiero ser también para vosotros mis devotos un guía
espiritual; no temáis en invocarme, estoy a vuestro servicio para daros toda mi
asistencia y ayuda espiritual. MI buen Dios me ha concedido la gracia de poder
estar con vosotros espiritualmente en este tiempo, para ayudaros y asistiros en
el combate espiritual de cada día. Pedid mucho discernimiento al Santo Espíritu
y probad los espíritus, porque aquel que niegue a Jesucristo como el Hijo de
Dios, no es de la luz, sino de la oscuridad.
Leed y meditad la Santa Palabra de Dios, para que
podáis discernir los signos y señales de estos tiempos y no seáis engañados por
la jauría de lobos que ya andan dispersos buscando a quién engañar y hacer
perder. El espíritu de engaño os ronda hijos míos, por eso debéis de estar
preparados y tener conocimiento de la Palabra de Dios, para que podáis caminar
en la verdad que os hará libres.
Poned en práctica el Santo Decálogo de Dios y mirad en
qué habéis pecado, para que corráis a confesaros. Os digo esto, porque en estos
tiempos de tanta oscuridad, maldad y pecado, estáis muy propensos a caer en las
trampas del demonio; pues bien sabéis que los ataques del enemigo del alma se
han intensificado y buscan hacer perder el mayor número de almas. Los pecados
de pensamiento, palabra, obra y omisión, se van volviendo faltas graves y
debéis de tenerlos en cuenta para hacer una buena confesión. Acogeos pues a la
misericordia del Padre y no sigáis ofendiendo a nuestro buen Dios, para que
podáis alcanzar el gozo de la vida eterna.
Vuestro Servidor, Fray Pío de Pietrelcina.
Dad a conocer nuestros mensajes a toda la humanidad.
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